El comienzo de la etapa escolar es un gran reto para los niños y para la familia. El previo desarrollo de hábitos y habilidades prescolares es una premisa fundamental para que la adaptación de los niños al nuevo sistema educativo sea un éxito o un fracaso. El rol desempeñado por la familia en la preparación de los niños para este momento es muy importante para que las primeras experiencias escolares sean satisfactorias y positivas.
Los que llevamos años desempeñando esta hermosa tarea de educar estarán de acuerdo conmigo que generalmente la familia se preocupa extremadamente en comprar y proveer al futuro escolar todos los materiales recomendados por la escuela y otros muchos más, que ellos consideran imprescindibles para el éxito escolar y social de sus hijos en el importante período de entrada a la escuela. Sin embargo, en muchos casos no han dedicado el tiempo apropiado en la interacción instructiva y educativa con su hijo/a para favorecer el desarrollo de un sistema de conocimientos, hábitos y habilidades básicos necesarios para el afrontamiento a una nueva etapa de la vida infantil que exigirá mucho de los novicios escolares. La incorporación del niño a la educación infantil temprana es una decisión que la familia debe saber tomar en el tiempo correcto para favorecer la activación y desarrollo de las áreas sensoperceptuales, cognitivas, afectivo-volitivas, de habilidades para la vida diaria, comunicativas y sociales.
Otro aspecto importante en esta nueva etapa de la vida infantil es desarrollar en los niños la capacidad de identificar y reconocer las figuras que dirigirán y guiarán su vida escolar. El escolar debe ser capaz de seguir direcciones y mostrar buenas actitudes en la comunicación con maestros y todo el personal de la escuela que trabajará directa o indirectamente con ellos.
Los escolares que no han recibido una activa y positiva preparación previa a su entrada a la escuela definitivamente estarán en desventaja con el resto del grupo de coetáneos. Les resultará muy complicado comprender y cumplimentar desde el proceso inicial de ajuste y adaptación escolar, hasta la adquisición de conocimientos, el desarrollo de hábitos y habilidades acordes a su edad y grado escolar. En muchas ocasiones les toma mucho tiempo activar y establecer lazos de afectivos y empáticos con la escuela como un lugar agradable donde obtendrá experiencias positivas de aprendizaje y desarrollo educativo. Esta población de escolares requiere de una rápida y efectiva intervención por parte del personal administrativo y educativo de la escuela. La orientación y el seguimiento a la familia es muy importante. Así como el diseño de un plan de intervención individualizado para explorar y definir las áreas potencialmente fuertes desarrolladas por el niño y cuáles son las que necesitan de mayor estimulación y activación para lograr un desarrollo óptimo acorde a las exigencias académicas, comunicativas y sociales del grado escolar.
La estimulación temprana y la planificación de actividades educativas dirigidas a lograr el máximo desarrollo de todas las potencialidades de los niños será la puerta de éxito para el inicio de la vida escolar.